... una tarde cualquiera, pero muy ditinta de las demás. Estabamos, tu y yo, apartados del mundo, dejando que sólo nuestra mutua compañia fuera lo más preciado que tenemos. Y llegaba la noche, se aproximaba cadá vez más, pero no nos perturbamos en lo más minimo, al contrario, era lo que estabamos esperando, esperabamos las estrellas para que iluminaran el firmamento que en ese tiempo era nuestro vigia. Estaba la luna, aún más brillante que de costumbre haciendo resaltar todas tus facciones que no dejan de encantarme cada segundo más; tus ojos, tu sonrisa, tu boca.. yo entrelazada entre tus brazos, escuchando atentamente el latir de tu corazón, dejandome embriagar por tu olor, perdiendome entre tu calor que me llenaba el cuerpo y me envolvía el alma. Tu, teniendome abrazada, haciendome sentir la mujer más protegida de la tierra, sin que nada me atemorizara, nada porque estaba contigo. Nada realmente importaba más que el aqui y el ahora, nada podia preocuparme si estaba así contigo, nada podia pasarme si te sentia mio.
Y sintiendo el ir y venir de tu respiración, descanzé entre tus brazos.. y dormí como nunca lo habia hecho, teniendote tambien en mis sueños. Al despertar, seguías ahi conmigo, acariciándome, haciéndome sentir única, la mejor, la más querida, la más bella. Y es que al abrir mis ojos de un profundo sueño y verte sonriendo frente a mi, ha sido el mejor despertar que he tenido.
De pronto, todo comenzó a desvanecerse.. sentía el tic-tac de un reloj lejano y cada vez más cerca.. eran las 06.00 AM.. desperté.
