"Pero se daba cuenta de una cosa importante: las decisiones eran solamente el comienzo de algo. Cuando alguien tomaba una decisión, estaba zambulléndose en una poderosa corriente, que llevaba a la persona hasta un lugar que jamás hubiera soñado en el momento de decidirse." (El Alquimista- Paulo Coelho)
En la vida no todo es ganar.
Cuando comienzas a caminar, y lo digo metafóricamente, también comienzas a elegir ciertos senderos que crees son lo que más te convienen, el que más te gusta o simplemente el que te propone menos retos y problemas. Y así es la vida, un constante decidir que quieres, que buscas, que pretendes, que te motiva, etc...
Cuando eres pequeño, todo es sencillo. Tu mamá hace esa 'pega'... tu simplemente obedeces, o la contradices tomando el camino contrario, pero en el fondo, la elección está hecha.
Hoy, tomas conciencia de que es la vida y haces un recuento de tus caminos, de tus decisiones. Y te das cuenta que ellas te permiten hacer ciertas cosas, pero no todas las que quisieras. O que te espera un futuro muy próspero, con un auto último modelo, con una casa de ensueños, con el mejor trabajo del mundo... pero te ves solo. Te levantarás temprano en la mañana para ir a la oficina. Pasarás todo el día con tus colegas. Aveces no habrá tiempo ni para almorzar algo decente. Llegarás tarde en la noche a tu casa, y te darás cuenta que no hiciste una sola llamada en todo el día a mamá, papá, hermanos, amigos...
Entonces, y vuelvo al comienzo de este escrito, estás a tiempo de elegir. De poner en la balanza que es lo que realmente quieres/esperas de tu vida. Calibrar los pro y los contra de cada camino, y así no arrepentirte cuando debas cosechar lo que sembraste.
Si hay algo a lo que le tengo miedo es al fracaso... pero le temo más a la soledad.
¿Tú?