
Quizás tu, al igual que yo, te sentiste de verdad representado al momento de leer página tras página el libro (que desde hace poco se ha convertido en uno de mis favoritos) "El caballero de la armadura oxidada".
He de reconocer, que tengo muchos miedos. Temores, que en definitiva, no dejan acercarme a la gente de la manera más optima, pero que con el tiempo y la confianza que vaya naciendo, se van haciendo más y más débiles mostrándome al fin tal y cual soy. Una careta. No del todo incierta, pero que hace resaltar lo "mejor" de mi (sabiendo que lo mejor y peor es muy subjetivo para quien sea).
Va poco más de Tres meses que he conocido a quien, con mucho esfuerzo, dedicación, paciencia, amor, ternura, comprensión, apoyo... me ha ayudado a oxidar esa armadura que muchas veces pesa tanto o más que yo, que otras tantas molesta, o simplemente no te deja ver las cosas más simples de la vida, porque te pasas los días pensando en lo peor que podría pasar. Me pregunto: ¿por qué no invierto ese pensamiento?, ¿por qué, no mejor, pienso en qué es lo mejor que podría pasar?. Lo he hecho, y sabe Dios cuanto resultado me ha dado.
Cambiar no es fácil. Tampoco es imposible, y aun no creo haberlo hecho. Solo considero que estoy mejorando. Día a día compitiendo conmigo misma, cada segundo queriendo ser mejor que el anterior, cada instante amando con más intensidad porque si de algo estoy segura, es que si de mi depende la felicidad de quien amo... pondré mis mayores esfuerzos en concretar esa plenitud.
A ti... gracias por existir, mi amor.
0 comentarios:
Publicar un comentario