
Cuando por fin te sientes en paz... la verdad (y en lo personal) cuesta, y mucho, mantenerse acorde a lo que quieres sentir, pensar, hacer. Tres dimensiones que en un instante pueden mirar a objetivos distintos; siento confusión, pienso obnubilada y en esas condiciones nada hago.
Te he dejado, por fin te he dejado y sin embargo hoy no lo quieres. ¿Te parece que has actuado mal?, no existen las buenas ni malas decisiones, alguien muy querido me lo enseñó y en mi presente estoy total e irrevocablemente convencida de que es de esa manera. Al momento de decidir no estamos ni al filo de imaginar lo que acontecerá luego de tomada... y aquí estamos. Intentando adivinar qué será de nuestras vidas.
Nadie dijo que sería fácil... la vida no lo es.
Y es que a mi corta edad puedo decir que supero la madurez del promedio, o la pendejería de muchos (conservando siempre el encanto de una niña, y enamorada de los pequeños grandes detalles)... La vida es demasiado corta como para echarnos a morir, ser feliz es lo que la mayoría entiende como: éxito... ser feliz es un poco más sencillo. Es rico descubrirlo día a día, segundo a segundo.
Todo pasa por algo, y si hoy lloro... mañana me tocará reír.
PS. Hay un enorme abismo entre tu y yo... y es precisamente mi esencia.