
"Tan pronto como naces comienzas a morir".
Cada segundo que pasa es uno menos que estarás en este mundo. Cada experiencia vivida es una que ya no volverás a vivir. Cada respiro es uno que ya fue. Y es que estamos muriendo, a cada minuto nuestro cuerpo se envejece, nuestro corazón se desgasta, nuestros pulmones exhalan e inhalan el aire que alguna vez fue parte del exterior y en un segundo forma parte de nosotros.
Hablando de esta manera todo suena tan catastrófico. Ya casi no quedan ganas de continuar si lo que acontece cada segundo es nuestro fallecimiento. Mas, en lo personal, me sucede lo contrario. Pensándolo de esta manera me lleno de ganas para hacer de cada instante uno inolvidable, para hacer de cada sentimiento uno más poderoso que el de ayer, para hacer de cada experiencia una que me haga madurar aunque no exista un mañana, aunque mi vida termine hoy.
No me canso de aprender. Nunca lo haré, nunca estaré realmente conforme de lo que pueda llegar a hacer porque siempre se puede un poco más. El éxito está sobrevalorado. Lo que cuenta en realidad es nuestra constancia. Ser constante, la verdad me cuesta mucho, pero intento cada día hacer mi mayor esfuerzo para poder ser mejor que ayer. He aprendido en estos días, que soy capaz de mucho, mucho más de lo que varios creen, mucho más de lo que yo misma creía. Todo está en querer hacerlo, aunque suene cliché, querer es poder... estoy convencida.
Cada día es uno menos. No dejes pasar este día sin haber hecho algo que contribuya a la realización de tus sueños.
0 comentarios:
Publicar un comentario