domingo, 6 de septiembre de 2009

Over the rain

domingo, 6 de septiembre de 2009

Y mientras escucho el sonido de cada gota de lluvia en mi techo, no dejo de pensarte. Y de esto hace un mes... un mes de maravillosos recuerdos que quedarán en mi memoria, porque si de algo estoy segura, es que nunca olvido... al menos, no lo hago con momentos como los que hemos pasado juntos.



Un día común y corriente, comenzado con el pie izquierdo totalmente: discuciones con mi madre, encuentros y enfados con amigos, panoramas truncados, cero ganas de cualquier cosa; vas y me hablas con la naturalidad de siempre:
- Hola !
Inmediatamente, y como de costumbre, atiné a responderte con mi habitual entusiasmo, sin ánimos de que notaras mi mala racha.
- Hola ! ¿cómo estás?
Y sin mirarte, una sonrisa se dibujó en mi rostro desde el momento que comenzó nuestra conversación tan trivial como las de antaño... cuando recién nos conociamos. Reíamos, comentabamos nuestro día, terminé contandote lo de mi pésimo estado anímico a lo que rápidamente y sin titubear me propusiste lo que (más adelante) gatilló en el comienzo de esta hermosa relación.
- Hoy no saldré, tampoco mis ánimos estan buenos. Me preguntaba si... ¿quisieras venir a mi casa a ver peliculas?
En mi casa, las cosas andaban de mal en peor. Las malas pulgas de por acá no me daban muchas esperanzas de poder salir; sin embargo, me arriesgué.
- Dale. ¿por qué no?. Nos juntamos en la parada de autobus a eso de las 22.00 hrs.
Accedí. A fin de cuentas, me interesaba (y mucho) conocerte más. Me agradabas. Existía ya cierto interés en tu persona... interés que hasta hoy persiste y que espero nunca se acabe.
Pasaban los minutos, y cada segundo que pasaba me ponía más y más nerviosa de verte. Preguntas típicas cruzaron por mi mente "¿qué ropa uso?", "¿maquillaje?", "¿qué hago con mi pelo?", "¿y si le caigo mal?", "¿y si es una broma?"... Llegué con varios minutos de ventaja para probar a ver si me tranquilizaba estando ya en el lugar del encuentro: no funcionó. De pronto te ví acercándote, mas no fuí capaz de mirarte y me puse a jugar con el mp4. Llegaste donde estaba yo sentada, me saludaste tan cordial como de costumbre.
- ¿Vamos o prefieres seguir congelándote?
Propusiste con esa sonrisa tuya que me enloquece. Te seguí camino a tu casa. Conversabamos de la vida... nuevamente cosas triviales... llegamos a tu casa y comenzamos nuestra "cita". Poco a poco había más confianza entre nosotros, poco a poco también fuiste acercándote más a mi... llegado un punto que estabamos tan cerca que podía sentir tu respiración, en ese entonces agitada por el nerviosismo del momento, en mis labios sin rozarte. De pronto esa proximidad se perdió porque ya no estabamos cerca... estabamos juntos... en un beso (aquel primer beso) fuimos uno y comenzamos a conocernos ya de otra forma, conocernos en otro aspecto, conocernos como no quiero dejar de hacerlo jamás. Un beso lleno de ti... para mi.



.

0 comentarios:

 
◄Design by Pocket, BlogBulk Blogger Templates