Con el tiempo (sí, tiempo...) se va haciendo más fácil respirar. Si bien perdí... creo que no fui yo quien perdió más. Sé lo que valgo, sé lo que soy, y estoy convencida que Diosito tiene algo preparado para mí; y llegará cuando tenga que pasar. Ahora comienza la cicatrización de esta herida, y con las hermosas personas que tengo de amigos a mi lado ese proceso será, quizás, mucho más corto, mucho menos solitario, mucho menos doloroso. Quiero olvidar; es lo que estoy haciendo. Mas no quiero olvidarlo todo, dejaré en mi memoria un par de gratos recuerdos y viviré CON ellos, no DE ellos. Gracias por todo lo que me enseñaste, incluso esto que acaba de ocurrir. Gracias por fortalecerme, pues ante una nueva caída ya tendré aprendido como he de levantarme.
Espero seas muy feliz.
Dios te bendiga.
Adiós.
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